lunes, 21 de marzo de 2011

Los Tiburones repitieron su hazaña de vencer al río

Arroyo Seco.— Fue una fiesta de la diversidad y la inclusión. Un marco multitudinario marcó ayer el entorno para que Los Tiburones repitieran esta proeza anual de vencer al río Paraná, que para ellos y sus familiares simboliza nada más y nada menos que vencer a esta vida que trató de hacerlos distintos, pero que por méritos propios no lo está logrando.
Cien nadadores con distintas patologías motrices y mentales, acompañados por otros 50 sin discapacidad, nadaron entre 500 metros y 5 kilómetros en las aguas del Paraná, para ser recibidos como héroes por miles de personas que se convocaron en el Arroyo Seco Rowing Club.
Por eso Jesús Oyarzabal estaba ansioso por tirarse al agua, para vivir “esta gran fiesta que es de nosotros, que la estábamos esperando durante todo el año con todos los chicos”, y sentenció: “Los Tiburones sabemos lo que hacemos, y esta vez lo vamos a volver a lograr”.
Como la primera vez. Para su mamá, Ana, esta fiesta se vivía “con la misma emoción y expectativa que la primera, y con tremenda alegría porque esto es un canto a la vida y ojalá pueda seguir para siempre, porque de esta manera podemos sentirnos orgullosas de tener los hijos que tenemos”.
Un poco más allá, Titino estrenaba su flamante tatuaje de un tiburón en el brazo derecho y con su particular vozarrón no cesaba de alentar a sus compañeros: “Vamos Tiburones, todavía”, repetía una y otra vez y cada una de ellas se convertía en un canto al esfuerzo, al trabajo y al sacrificio de estos pibes increíbles, ejemplos de vida.
Desde la mañana y hasta media tarde, los grupos de nadadores fueron venciendo al Paraná y la fiesta se renovaba en emociones. Pendiente de “sus” chicos y de toda la organización, Patricio Huerga —director del programa que comenzó en 1997 y hoy cuenta con 134 alumnos— paseaba su sonrisa y saludos por todo el club.
Diversidad e inclusión. “Es un día espectacular, hay muchísima gente, 150 nadadores, nos hace poner felices, porque aquí estamos festejando la diversidad y la inclusión, tanto que están corriendo en paralelo lo deportivo y lo social”, señaló Huerga.
Por la mañana tuvieron su bautismo en aguas abiertas los “Minitiburones”, nadadores de 3 a 6 años que surcaron sin problemas el Paraná durante 500 metros. Entre ellos, y con una alegría desbordante, Camila (5 años) aseguró: “No tuve miedo, me gustó y tengo ganas de volver a hacerlo”.
Camila es hermana de Facundo, el más chico de Los Tiburones y acaso el más “famoso”. Facu tiene 9 meses y desde hace casi 6 nada en la pileta del complejo que dirige Huerga. Su mamá, Roxana, expresó el inocultable “orgullo de demostrar que se puede, que estos chicos son un ejemplo de que se pueden integrar sin tener miedo a nada”.
Para Leonardo Morla, de Pérez, la fiesta de ayer fue su graduación como “Tiburón”. Por primera vez se unió a este grupo increíble de nadadores y también pudo vencer al río. “Tenemos una emoción indescriptible. Vamos a seguir viniendo, porque si hubiera muchos Patricios y gente como la de su entorno este mundo sería maravilloso, algo que no se puede expresar con palabras”, se conmovió la mamá de Leonardo, Irene.
“Hace 18 meses que trabajamos junto a Patricio, y cada vez sentimos la misma emoción de aquel primer día en que Virginia fue por primera vez al natatorio. Con ese entusiasmo nos disponemos todos los días a trabajar por una sociedad mejor”, se emocionó por su parte Pedro Domínguez, padre de Virginia, una de las emblemáticas nadadoras.
Para el intendente de Arroyo Seco, Darío Gres, “la emoción de presenciar estos eventos es muy grande, porque todo este trabajo que aquí se hace se destaca por la inclusión que conlleva”.
Pedido. En tanto, el titular del Concejo, Miguel Angel Coradini, anunció que mañana presentará un proyecto para solicitar al Congreso nacional que designe a Arroyo Seco como capital nacional de la inclusión, un título que ya ostenta a nivel provincial.
“Esto traería aparejado la obtención de fondos a nivel nacional para seguir con esta tarea que es un ejemplo en todo el país, y que marca un hito en el tema de la inclusión como nunca antes había ocurrido”, sostuvo el edil.
Minibús. En tren de anuncios, el jefe comunal de Fighiera, Carlos Mariani, adelantó que su administración ya recibió un subsidio de 159 mil pesos para la compra de un minibús que será destinado al transporte de las personas discapacitadas hacia los centros de rehabilitación.
Después fue el turno de la entrega de premios y del baile de la victoria, todo un clásico donde los protagonistas de la hazaña, sus familiares y el público dieron rienda suelta a la alegría de saber que se puede hacer realidad el lema que tuvo esta 12ª experiencia: “Unidos, integrados, juntos por un objetivo: una sociedad mejor”.

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