Luego de recibir clases
especiales para aprender a confeccionar ese mobiliario adaptado, un grupo de
internos de la Unidad Penitenciaria N°15 fabricó tres sillas de ruedas
destinadas a las playas accesibles de Santa Teresita para que personas con
discapacidad motriz puedan meterse al mar. "Fue todo un desafío, porque
sólo contábamos con algunos planos y fotos de otras sillas", contó uno de
ellos
Un grupo de internos de la
Unidad Penitenciaria N° 15 de Batán fabricaron tres sillas de rueda anfibias,
destinadas a las playas accesibles de Santa Teresita, para que personas con
discapacidad física puedan desplazarse en agua y arena, las que ya fueron
entregadas y ayer fueron usadas y cumplieron con su propósito.
Los
internos, integrantes del Programa de Rugby "Recuperar Vida" que
coordina la ONG Cambio de Paso en conjunto con el Servicio Penitenciario
Bonaerense, recibieron clases especiales para aprender a confeccionar este
mobiliario adaptado, por parte de profesionales del Rotary Club de Santa
Teresita y de la Federación de Cooperativas de Trabajo (Fecootra).
"La responsabilidad que
tenemos como Estado es ofrecer capacitación y cursos para que las personas
detenidas tengan la alternativa de poder dedicar su vida honestamente, dejando
atrás el error o el paso en falso que pudieron haber tenido. Nuestra
responsabilidad es que al obtener la libertad tengan un oficio o una
profesión", destacó el ministro de Justicia, Gustavo Ferrari.
Además, el
ministro indicó que "son tareas que buscan la integración de personas privadas
de su libertad, dentro de una capacitación y como medio de salida laboral para
el futuro. Uno de los objetivos de la gestión actual es la promoción del
trabajo y la educación en las cárceles".
Juan, un
interno que adquirió los oficios de chapista y soldador, explicó que "esta
experiencia realizando sillas anfibias fue muy particular". "A
diferencia de los trabajos que habíamos realizado con sillas de ruedas comunes
y también otras adaptadas, sólo contábamos con algunos planos y
fotos de otras sillas y las tuvimos que hacer e ir solucionando problemas sobre
la marcha, improvisar, usar el ingenio. Fue todo un
desafío", contó el hombre, quien remarcó que "al margen de un oficio,
en la cárcel se aprenden cosas todos los días".
"Es realmente muy
importante esto que se suma al trabajo que venimos realizando en el taller y
con los compañeros. Para mi es muy especial esta tarea solidaria, te hace
cambiar la forma de ver las cosas y es emocionante ver que tu trabajo puede
ayudar a otro, es muy satisfactorio", apuntó.
Cabe
destacar que las sillas anfibias estarán disponibles
en la zona de guardavidas para quien requiera su uso. Y
que el taller de reciclado y producción de sillas de ruedas de la Unidad 15 que
funciona desde 2011, ya se concretó la entrega de aproximadamente 200 unidades
provistas por Cidelli, Cilsa, Pami, el Inareps, entre otras instituciones.
Rubén tiene 31 años, es de
Morón, pero desde su infancia vive en Mar del Plata. Hace 6 años que juega al
rugby en la cárcel, es capitán y referente del equipo de mayores, Oktubre. "Al
trabajar en el taller, dediqué mi tiempo a aprender, porque antes no sabía
hacer nada y gracias a uno de los internos que me enseñó,
hoy me da mucha alegría poder ayudar a una persona, porque a pesar de que
nosotros hemos cometido un delito, podemos ayudar a alguien con una
discapacidad, no solamente a ser feliz tan solo un día, sino que también eso
lleve alegría a su familia y a su alrededor -relató-. Eso nos pone muy
contentos".
"En mi
caso – continuó Rubén- aprendí pintura, desde lijar, preparar el material,
hasta manejar la pistola. Así que cuando salga en libertad pienso poder
conseguir un trabajo con estos conocimientos, o como un emprendimiento propio,
como pintor".
Otro de los internos que
participó del proyecto es Jonathan, de 27 años. "Me sentí muy bien
trabajando, porque es para personas que realmente lo necesitan, y en el taller
pude aprender soldadura, y después cómo lijar, masillar y terminar una pieza
para pintar. Por eso cuando recupere mi libertad pienso
trabajar como chapista en el taller de mi tío, y además todo
esto me hace sentir muy bien, sabiendo que ayudamos a una persona que no puede
caminar, porque a pesar de que estamos privados de nuestra libertad podemos
hacer el bien estando acá dentro", agregó.
Las sillas
de ruedas anfibias fueron botadas al mar ayer con la presencia de autoridades
municipales, del ministerio de Justicia, del Servicio Penitenciario, de la ONG
"Cambio de Paso", cuyo titular es el juez Esteban Viñas, y del Rotary
Club de Santa Teresita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario